sábado, 13 de octubre de 2012

INCURABLE



 El hombre sentado frente al terapeuta, expresó:

- Doctor, vengo porque el médico general me remitió…

- Sí, señor…

- La verdad, soy una excelente persona; he tratado de no hacerle mal a nadie; soy responsable; pues trato de arreglar las cosas cuando se puede…la voy bien con mis hijos…tengo un hogar normal…casi nada me falta…alguito de malhumor a ratos, pero nada más…nada que no pueda controlar.

- Interesante, señor… -comentó el doctor.

- Pues como lo digo…vine por cumplir; pues así mismo soy cumplidor de lo que me mandan…no veo, pues, que necesite de esto.

El terapeuta lo miró y le dijo:

- Bien. Firmaré aquí. No hay problema. Tiene usted razón no hay qué tratarle ni por donde atenderlo, que esté usted muy bien.



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