El
hombre sentado frente al terapeuta, expresó:
-
Doctor, vengo porque el médico general me remitió…
-
Sí, señor…
- La
verdad, soy una excelente persona; he tratado de no hacerle mal a nadie; soy
responsable; pues trato de arreglar las cosas cuando se puede…la voy bien con
mis hijos…tengo un hogar normal…casi nada me falta…alguito de malhumor a ratos,
pero nada más…nada que no pueda controlar.
-
Interesante, señor… -comentó el doctor.
-
Pues como lo digo…vine por cumplir; pues así mismo soy cumplidor de lo que me
mandan…no veo, pues, que necesite de esto.
El
terapeuta lo miró y le dijo:
-
Bien. Firmaré aquí. No hay problema. Tiene usted razón no hay qué tratarle ni
por donde atenderlo, que esté usted muy bien.
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